“Todos los pueblos nacen y crecen con majestuosidad, pero sus
malas administraciones los llevan a su caída y perdición” Anónimo.
Los imperios que han dejado un legado a la humanidad se
caracterizaron por conquistar a pueblos pequeños y débiles alrededor del mundo
utilizando no sólo armas sino también por aplicar su fuerte inteligencia
estratega de guerra y por su sagacidad y fortaleza para los combates, uno de
ellos es Roma que extendió su territorio en gran parte de Europa y Asia.
Como toda sociedad tiene su etapa plena de florecimiento y
riqueza, Roma siempre tuvo tesoros y estuvo gobernado por monarcas, senadores,
cónsules, etc., quienes de una u otra manera complementaron su organización
demarcando clases sociales, forma de gobierno y como consecuencia de ello el
nacimiento de la norma legal, para que sus subordinados debieran cumplirla de
manera general e imperativa.Desde que el Imperio Romano cayó y desapareció ya
han pasado muchos siglos y hasta hoy sus vestigios culturales y políticos se
hacen notar con gran impacto en cada país donde el Derecho positivo es su base
legal y por el cual se guían la conducta de sus componentes.
En la antigüedad, nuestro país fue uno de esos pueblos
nómadas que eran politeístas para los cuales sólo las fuerzas de la naturaleza
eran sus Dioses, los que comandaban sus vidas y sus monarcas eran los enviados
de ellos para cumplir su voluntad. Un día esto cambió, ya que extranjeros que
llegaron luego de una larga travesía por mar cambiarían nuestro hábitat
implantando sus creencias y filosofías al punto de sacrificar las vidas de
muchos indígenas por crear un nuevo régimen de vida y comenzando lo que
conocemos como Estado.
A partir de ese momento, Ecuador se vio gobernado por
europeos durante algunos años que de una forma poco convencional fueron
implantando las bases del Derecho Romano para crear en las instituciones
estatales directrices de manejo
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