Diplomacia
El concepto de diplomacia reviste distintas acepciones
de acuerdo con el mayor o menor grado de inclusión de objetivos y
prácticas que a través de ella se desarrollan. De este modo, y de
acuerdo con autores referentes en la materia, podemos definirla como:
-
“El manejo profesional de las relaciones entre soberanos” (Cohen)
“Sentido común y comprensión aplicados a las relaciones
internacionales. La aplicación de la inteligencia y el tacto a la
dirección de las relaciones oficiales entre Gobiernos de Estados
independientes” (Nicolson)
“La conducción de las relaciones internacionales por negociación,
más que por la fuerza, la propaganda, o el recurso del derecho, y por
otros medios pacíficos – como recabar información o generar buena
voluntad- que están directa o indirectamente diseñados para promover la
negociación. Una actividad esencialmente política y una institución del
sistema internacional” (Berridge)
“El conjunto de reglas y métodos que permiten a un Estado
instrumentar sus relaciones con otros sujetos del derecho internacional,
con el doble objeto de promover la paz y cultivar una mentalidad
universal fomentando la cooperación con dichos sujetos en los más
diversos campos” (Cantilo)
La práctica diplomática se remonta hasta la Grecia clásica, dándose
su evolución paulatinamente de acuerdo con el proporcional incremento de
las relaciones internacionales, proceso que se intensifica en nuestros
días. La importancia de la práctica diplomática radica en la
versatilidad de las funciones desempeñadas por la figura de los
embajadores residentes, cuyas funciones giran en torno a la generación
de información fidedigna, la minimización de las fricciones potenciales y
el fomento de las relaciones amistosas entre los Estados soberanos.
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